La Gobernación del departamento de Cochabamba impulsa una masiva campaña para que la festividad de la Virgen de Urkupiña sea declarada Patrimonio de la Humanidad. El comité encargado de reunir la documentación también organizó similar actividad en el municipio de Quillacollo.
El libro de firmas se encuentra disponible en el Salón Melchor Pérez de Holguín, en la Casa Departamental de las Culturas, plaza principal 14 de Septiembre. La población interesada todavía puede acudir al lugar para apoyar la designación.
Las firmas y toda la documentación recolectada se enviarán el 31 de marzo de este año a la Unesco, informó a medios locales la directora de Turismo y Cultura de la Gobernación, Luz Ordóñez.
La autoridad aseguró que hasta el momento obtuvieron más de 3.000 firmas que están plasmadas en 20 libros de actas. “La meta es llegar a las 10 mil rúbricas, ese es nuestro objetivo, solo estamos pidiendo nombre, apellido, número de carnet y firma”, agregó.
El municipio de Quillacollo organiza también la recolección de firmas con el fin de aportar a ese cometido. El director de Cultura del municipio de Quillacollo, Mauricio Zambrana, convocó a toda la población a ser partícipe y apoyar con la postulación.
La ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Sabina Orellana, en agosto de 2021 posesionó al Comité Impulsor de Urkupiña para que trabaje en la elaboración del expediente para su posterior inscripción ante la Unesco.
La Virgen de Urkupiña es una advocación de la Virgen María Asunta que se venera el 15 de agosto en la ciudad de Quillacollo, Cochabamba. Según el antropólogo Pedro Salvador Hernández, la historia de la Virgen de Urkupiña tiene sus orígenes en el siglo VIII, cuando cerca del pueblo de Quillacollo se cuenta que la Virgen se apareció a una pastora quechua, en los riscos del cerro de Cota.
“Hasta los años 50, la fiesta tuvo un carácter meramente local y era celebrada por los vecinos indígenas de las aldeas circundantes de Quillacollo que veneraban a María, concebida con una encarnación”, agregó el antropólogo.
Por: Ahora El Pueblo
