La digitalización deja atrás la educación obsoleta

En la era digital en la que vivimos, el aprendizaje ha experimentado una transformación sin precedentes gracias al avance de las nuevas tecnologías, pese a que algunas instituciones persisten en mantener modelos de formación educativa obsoletos e incapaces de satisfacer las necesidades de las sociedades actuales.

Durante siglos, las clases presenciales fueron pilares del sistema educativo y echaron raíces con prácticas de enseñanza desde tiempos inmemoriales. El advenimiento de la era digital demostró que este modelo es incompatible con las demandas de una sociedad en constante evolución.

Lluis Pastor, experto en innovación educativa y socio director de la RedNostromo  –con amplia experiencia en e-learning en todo el mundo– asegura que las tecnologías transformaron radicalmente la forma de aprender, pero que las instituciones de formación tradicionales siguen reproduciendo modelos antiguos, “de clases presenciales que nacieron al principio del mundo universitario hace 10 siglos”.

Para el experto español, hay que reinventar los modelos de aprendizaje porque la mera traslación de formatos tradicionales a plataformas en línea, como son las reuniones vía Zoom, no constituye una solución efectiva.

“Esta simple reproducción de un modelo caduco no sólo carece de pertinencia en el contexto actual, sino que, además, subestima el potencial transformador de las tecnologías modernas en el ámbito educativo”, puntualiza.

Pastor presentará un “Modelo vivencial de aprendizaje”, durante el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica”, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, que se realizará en Santa Cruz de la Sierra entre el 2 y 3 de mayo próximos, con la participación de destacados speakers nacionales e internacionales.

Métodos de aprendizaje eficaces e innovadores

Pastor afirma que, una de las cosas que más le apasiona es el análisis de modelos de aprendizaje singulares que existen en el mundo de la educación superior, donde las universidades son consideradas como agentes de la formación de adultos.

“Es interesante centrar la atención en elementos que podemos empezar a mutar para generar nuevos modelos, en torno a tres elementos del cómo tiene que ser”, señala:

La experiencia de aprendizaje; es decir, cómo cambiamos los diseños instruccionales y la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.

El modo en que evaluamos a los estudiantes. La incorporación de la inteligencia artificial hace que posiblemente los resultados finales de algunos problemas sean menos interesantes que el proceso mismo de aprendizaje.

El tipo de contenidos que proporcionamos a los estudiantes responden a la lógica de un mundo textual y de largo tiempo, que se debe ajustar a nuevas situaciones planteadas por la digitalización.

“Para cualquier modelo singular, aprender es multiplicar tiempo por atención. Si no hay tiempo o no hay atención no se aprende y ésa es la única guía que nos tiene que trasladar al futuro. Lo demás es intercambiable”, dice.

¿Es posible una involución en la educación?

Pastor indica que si los métodos de aprendizaje no se actualizan es posible que ocurra una involución en la educación y, por ende, en la sociedad. “Hay algunos síntomas que empiezan a mostrar una cierta involución del conocimiento, no en capas muy aplicadas a un conocimiento profesional, pero sí en la calle”.

Para el experto, las redes sociales ‘bastardean’ las opiniones y los conocimientos, además de confundir la realidad con las fake news, llevando a la gente a perder el criterio para distinguir aquello que es cierto de lo falso.

“Ése es un camino hacia una involución del conocimiento social, del acervo social de una civilización, con más 8.000 millones de personas que coexistimos al principio de este siglo XXI”, reflexiona.

El profesor Sugata Mitra, reconocido por su experimento «Hole in the Wall» (Agujero en la Pared), argumenta que los estudiantes pueden aprender de manera autónoma y colaborativa, sin la necesidad de una instrucción formal.

Este enfoque refleja la necesidad de reinventar los modelos de aprendizaje, adaptándolos a una sociedad que dista considerablemente de la que existía hace más de 10 siglos.

La educación en línea, los recursos digitales interactivos, la gamificación y la realidad aumentada son solo algunas de las herramientas que han emergido con fuerza en este nuevo paradigma educativo.

Estas tecnologías no solo ofrecen flexibilidad y accesibilidad, sino que también promueven la participación activa del estudiante, fomentando un aprendizaje más dinámico y personalizado.

Finalmente, según Pastor, es imperativo abandonar los modelos de aprendizaje obsoletos y abrazar la innovación tecnológica en todos los niveles educativos y formativos. Solo así podremos garantizar que nuestras instituciones educativas estén preparadas para satisfacer las necesidades de una sociedad digital en constante cambio.

Por: Lily Zurita