Bolivia propone a productores de litio desarrollo de estudios sobre uso del agua en la industria de evaporíticos

Foto: YLB

El viceministro de Exploración y Explotación de Recursos Energéticos, Raúl Mayta, planteó la necesidad de llevar adelante un trabajo conjunto entre los productores de litio para desarrollar estudios sobre el uso del agua en la industria del litio y los recursos evaporíticos.

“Estamos proponiendo que se pueda trabajar y enfocar investigación en lo que es el recurso hídrico en nuestros países (…) Nuestros yacimientos comparten ese punto en común”, manifestó durante el taller que se realizó con representantes de los países que conforman el denominado “Triángulo del Litio” y de México, además de organismos internacionales.

Mayta explicó que el desarrollo de estudios permitirá cuantificar los recursos hídricos en toda la cadena productiva y establecer una planificación en función a la tecnología, el impacto ambiental, social y jurídico.

En Bolivia, YLB realiza estudios hidrogeológicos y balances hídricos desde el 2014, en microcuencas de donde se extrae el agua destinada a las operaciones de las plantas piloto e industriales, permitiendo el uso sostenible de ese recurso.

Entre el 8 y 9 de mayo, se realizó el taller de intercambio de conocimientos y experiencias sobre el desarrollo de materiales activos, celdas y baterías de litio, con profesionales bolivianos del Centro de Investigación, Ciencia y Tecnología de Materiales y Recursos Evaporíticos de Bolivia (CICYT MAT-REB) y representantes de los cuatro países y en La Palca (Potosí).

La actividad es parte del “Foro permanente de diálogo técnico sobre innovación, desarrollo tecnológico y agregación de valor al litio”, impulsado desde el 2021, por los gobiernos de Bolivia, Chile, Argentina y, recientemente, México, en coordinación con la CEPAL y otros organismos internacionales.

En ese marco, se han desarrollado cinco talleres de intercambio de experiencias y conocimientos con visitas de campo en laboratorios, plantas y salares de Argentina, Chile y Bolivia, bajo los ejes de vigilancia tecnológica; intercambio de experiencias, conocimiento e información; desarrollo de capacidades y capacitación.