Bolívar se clasificó la noche del martes a los octavos de final de la Copa Libertadores, luego de la victoria ante Cerro Porteño (2-0). El equipo de Beñat San José está entre los 16 mejores del campeonato y también puede soñar con acabar primero en el grupo C.
La Academia es la sorpresa de la llave, hace tres partidos que no pierde, al contrario, ganó los nueve puntos en disputa e hizo su fortín al Hernando Siles.
El juego eficaz, las individualidades que marcaron diferencia y el terror de los rivales a la altitud de La Paz dieron lugar a un celeste invencible en condición de local.
En esta jornada no fue la excepción, al mando del chileno Ronnie Fernández, quien se mueve en todo el frente del ataque y cuando no convierte casi siempre participa de las jugadas de gol.
En el mediocampo estuvo Gabriel Villamil que manda con su buena técnica y es una carta en el ataque porque aparece internamente y de sorpresa. El guardameta Carlos Lampe plasma su experiencia en cada intervención.
No se menosprecia lo que hizo el cuadro de Beñat, a pesar que tiene un juego que no gusta demasiado, pero la versatilidad le permitió a acomodarse en los encuentros. Luego de nueve años, la Academia vuelve a los octavos de final.
Por su parte, Cerro Porteño llegó al escenario miraflorino a no perder por goleada, estuvo mal en las dos áreas, existieron tramos que intentó algo sobre el arco local, aunque los goles fueron golpes en lo anímico.
LOS GOLES
El primer tanto llegó a los cinco minutos con un centro de Roberto Carlos Fernández por la izquierda, el cabezazo de Ronnie Fernández, la buena atajada del guardameta Jean Fernández, pero el rebote fue aprovechado por Gabriel Villamil.
El segundo golpe de Bolívar llegó al inicio del complemento con otro centro, en esta ocasión de Diego Bejarano, para la cabeza de Lucas Chávez, el balón llegó a la posición del portero azulgrana, pero ingresó al arco con todo y esférico (3’ST).
Por: La Razón
