Cientos de jóvenes recorrieron el bosquecillo de Pura Pura, de más de 22 hectáreas, para recoger la basura acumulada entre miles de árboles que representan los pulmones de la ciudad de La Paz. La actividad fue descrita como una lluvia de juventud y una muestra de unidad para cuidar el medio ambiente.
El bosquecillo de Pura Pura, al oeste de la ciudad, se constituye en un patrimonio natural y paisajístico para casi un millón de habitantes, pero fundamentalmente es el hogar de la escasa biodiversidad de plantas y animales silvestres que tiene el municipio.
“Me gustan las plantitas. Eucaliptos hemos plantado en varias partes, aquí, arriba en la Pura Pura (…). Ahora como están limpiando, bien está eso. Como están haciendo, así tiene que continuar siempre, con los policías, todos, tiene que seguir continuando”, dijo Alejandro Suárez, de 50 años, ex trabajador de Emaverde, la empresa municipal de áreas verdes, parques y forestación.
“En mi pueblo hay árboles, hay río grande. En aymara dicen ‘jawira es, jacha jawira es’. Eso tiene pescados, todo. Lindo es mi pueblo”, manifestó.
Don Alejandro, de raíces aymaras, es oriundo de la provincia Camacho del departamento de La Paz. Actualmente vive en la zona Ballivián de El Alto y el fin de semana viene al bosquecillo de Pura Pura para disfrutar de la naturaleza junto a su familia.
“Arbolitos me encantan, en mi casa por ejemplo tengo mis flores, mis rosas como mi cabeza florecen”, expresó muy alegre.
Cientos de voluntarios, incluido el francés Alexis Dessard, colaboraron con los funcionarios municipales y otras instituciones para realizar la limpieza del bosquecillo.
“En total debemos ser alrededor de mil y el objetivo es limpiar el lugar. Se ve un montón de basura (…), estamos juntando esto, intentando que sea un lugar más limpio y más seguro», dijo.
La guarda parque Ángela Goyochea aseguró que el apoyo de los jóvenes voluntarios fue vital para encarar la campaña de limpieza.
“El mensaje es tratar de cuidar nuestras áreas protegidas porque son pocas y están casi por desaparecer pro el crecimiento de la mancha urbana. En el caso de limpieza, no dejar ningún residuo sólido, porque dejar un mínimo residuo afecta tanto a fauna como flora de la áreas”, advirtió.
Una de las voluntarias, Celene Rappo Valdez, de la UMSA contra el cáncer, señaló que el recorrido por el bosquecillo fue una lección para cuidar la naturaleza.
“En conclusión, nosotros hemos visto que hemos limpiado mucho y hemos creado conciencia en nosotros mismos para ya no poder ensuciar con nuestras basuras en nuestro diario vivir. De hoy en adelante va ser muy diferente como voluntarios”, dijo.
Según las autoridades, en esa campaña realizada el sábado 21 de agosto se recolectaron 4,8 toneladas de basura, en su mayoría botellas de plástico de refrescos y bebidas alcohólicas, dado que muchos jóvenes van a beber y ensuciar al bosquecillo.
“Dios nos ha dado sabiduría, inteligencia nos ha dado. Entonces, tenemos que estudiar, no tomar, sino estudiar para hacer todo bien, estar bien, esa es mi opinión”, recomendó don Alejandro en el cierre de esta historia.