Cinco datos clave sobre el femicidio

El último informe elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y ONU Mujeres, publicado el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que dio inicio a los 16 Días de activismo contra la violencia de género, revela que el femicidio está creciendo en todo el mundo. Si bien hay mayor conciencia y condena pública contra estos asesinatos, falta mucho por hacer para prevenir la violencia contra las mujeres, frenar su aumento, prestar servicios adecuados para las sobrevivientes y castigar a los perpetradores.

Femicidio: definición y causas

El femicidio (o “feminicidio”, tal como se lo denomina en algunos contextos) es un tipo de asesinato intencional con motivación por razones de género. Difiere del homicidio, ya que en este caso la motivación puede no tener relación con el género.

El femicidio puede desencadenarse por discriminación hacia las mujeres y las niñas, por desequilibrios en las relaciones de poder, por estereotipos en los roles de género o bien por la existencia de normas sociales perjudiciales. Es la manifestación más extrema y brutal de violencia contra las mujeres y niñas, que ocurre en un continuo de formas múltiples y relacionadas de violencia, en los hogares, los lugares de trabajo, las escuelas o los espacios públicos, y que incluye desde la violencia de pareja hasta el acoso sexual y otras formas de violencia sexual, prácticas nocivas y trata de personas.

  1. Las mujeres y las niñas tienen mayores probabilidades de morir a manos de quienes tienen vínculos más estrechos con ellas

En 2023, alrededor de 51 100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia (padres, madres, tíos, hermanos). Esto quiere decir que, en promedio, 140 mujeres o niñas mueren a manos de un miembro de su propia familia cada día. Las parejas actuales o anteriores son, por amplio margen, quienes tienen la mayor probabilidad de perpetrar un femicidio. En promedio, representan el 60 % de todos los asesinatos a manos de la pareja o de un familiar.

En muchos casos, solo se consideran femicidios los asesinatos por razones de género cometidos por una pareja o familiar; sin embargo, sabemos que los asesinatos por razones de género se suceden en muchos contextos fuera del ámbito privado. Pueden estar relacionados con violaciones o violencia sexual cometidos por una persona desconocida por la víctima; asociados a prácticas nocivas como la mutilación genital femenina o los denominados asesinatos cometidos en nombre del honor; o ser el resultado de crímenes de odio por la orientación sexual o la identidad de género; o estar conectados con los conflictos armados, las pandillas, la trata de personas o el crimen organizado.

Este año registró el número más elevado de femicidios perpetrados por la pareja o la familia, lo que indica que el mundo no está haciendo lo suficiente para poner fin a muertes prevenibles mediante intervención temprana, medidas policiales y justicia sensibles al género, y acceso a apoyo y protección centrados en las sobrevivientes.

  1. El femicidio es un problema universal

El femicidio es una crisis global que afecta a las mujeres y las niñas en todos los países y territorios. Según el nuevo informe, en 2023, África registró la cifra (absoluta y relativa) más alta de asesinatos de mujeres y niñas a manos de la pareja o de la familia: 21 700 femicidios (2,9 víctimas por cada 100 000 personas). Las Américas y Oceanía también registraron índices elevados de femicidios cometidos por la pareja o familia en 2023 (1,6 y 1,5 víctimas por cada 100 000 personas, respectivamente), mientras que las cifras fueron significativamente menores en Asia y Europa (0,8 y 0,6 víctimas por cada 100 000 personas, respectivamente).

  1. Es probable que la escala real del femicidio sea mucho mayor

Si bien las cifras que se presentan en el informe son altas a niveles alarmantes, estas son solo la punta del iceberg. Aún hay muchos femicidios sin registrar. En casi cuatro de cada diez asesinatos intencionales de mujeres y niñas, no hay información suficiente para identificarlos como asesinatos por razones de género debido a las diferencias procesales en la investigación y el registro de la justicia penal en cada país.

Garantizar la disponibilidad de datos desagregados e integrales es clave para conocer y dar respuesta a la escala real del problema. A fin de colaborar en el avance pese a las limitaciones actuales en la recopilación de datos, UNODC y ONU Mujeres elaboraron, recientemente, el Marco Estadístico para Medir el Homicidio de Mujeres y Niñas por Razones de Género (también denominado “femicidio/feminicidio”), aprobado por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas en marzo de 2022.

Cada cifra representa una mujer o niña cuya vida fue arrancada brutalmente a manos de la violencia machista, la misoginia y las normas sociales que toleran y perpetúan la violencia contra las mujeres y las niñas.

  1. Las mujeres y niñas marginadas quedan expuestas a un riesgo mayor

Las mujeres visibles públicamente, como aquellas que participan en política, las defensoras de los derechos humanos y las periodistas, son a menudo objeto de actos deliberados de violencia, en línea y fuera de ella, e incluso pueden llegar a ser víctimas fatales de asesinatos intencionales.

Hasta enero 2022, las mujeres defensoras ambientales fueron visibles en su resistencia en al menos un cuarto de todos los conflictos socioambientales de todo el mundo, y en 81 de esos conflictos fueron asesinadas. En 2023, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) alertó que las defensoras de los derechos humanos eran objeto de actos de violencia por partida doble, por su trabajo y su género, tanto en línea como fuera de ella. La ACNUDH documentó en 2022 al menos 34 asesinatos de defensoras de derechos humanos en países afectados por conflictos.

Pese a las limitaciones en la información, la evidencia disponible de Canadá y Australia sugiere que los asesinatos por razones de género afectan desproporcionadamente a las mujeres indígenas. En 2021, la tasa de asesinatos de mujeres y niñas en Canadá estuvo situada en 4,3 cada 100 000 personas y resultó cinco veces mayor entre mujeres y niñas indígenas en comparación con el resto del grupo.

La violencia contra las personas trans y de género diverso está en aumento; en ese contexto, los datos de investigación de 2023 del Monitoreo de Asesinatos Trans revelaron que el 94 % de las 321 personas trans y de género diverso asesinadas eran mujeres trans o personas trans femeninas. Esta cifra solo permite entrever la realidad y las tendencias, ya que estos datos surgen de casos informados, y no todas las víctimas trans son registradas como personas trans o de género diverso en sus certificados de defunción.

Para prevenir los femicidios, es fundamental que las autoridades nacionales registren información integral acerca de las víctimas. Al identificar a las mujeres y las niñas con un riesgo más alto, los países pueden brindar mejor información a los mecanismos de prevención y protección.

  1. El femicidio puede y debe prevenirse

Los asesinatos por razones de género y otras formas de violencia contra las mujeres y las niñas no son inevitables. A menudo, el femicidio/feminicidio es la culminación de repetidos episodios de violencia de género que escalan; es decir, pueden, y deben, prevenirse si se atienden eficazmente las primeras señales de violencia. Estos pueden y deben prevenirse con iniciativas de prevención primaria centradas en la transformación de normas sociales perjudiciales y en la participación plena de comunidades y sociedades para generar una cultura de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres.

El sector policial y judicial desempeña un papel fundamental al creerles y apoyar a las sobrevivientes de violencia de género, dar respuesta a las denuncia de violencia y castigar a los perpetradores para terminar con la impunidad.  En demasiadas oportunidades, las víctimas de femicidio habían denunciado la violencia con anterioridad; es decir, sus asesinatos podrían haberse evitado.

Las revisiones en profundidad de los asesinatos por razones de género, que involucran incluso a las familias y comunidades, constituyen un enfoque prometedor para generar reformas y mejorar las respuestas institucionales. Al analizar los asesinatos, las revisiones buscan detectar falencias y prevenir futuros femicidios.

En Sudáfrica, los descensos considerables y sostenidos en las tasas de femicidios estuvieron atados a la aplicación de sólidas leyes y políticas que tengan por objetivo prevenir la violencia de género, a estrictos controles en el uso de armas de fuego y al activismo de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y grupos de la comunidad.

En Aotearoa (Nueva Zelanda), el Comité de Revisión de Muertes por Violencia Familiar analizó, entre 2009 y 2020, 320 muertes por violencia familiar; este análisis reveló que el 56 % de las víctimas habían sido mujeres y niñas. Los hallazgos destacaron problemas sistémicos, tales como registros de casos sesgados y una inadecuada capacidad de respuesta por parte de los organismos al asistir a personas maoríes, mujeres, niñas y personas con discapacidad. Para atender estos problemas, el comité recomendó adoptar métodos empleados por organizaciones maoríes de Kaupapa. Este enfoque, más respetuoso, se centra en el bienestar y en la formación de quienes prestan los servicios, de modo de crear sistemas con mayor capacidad de respuesta y de lograr intervenciones orientadas a las familias. Hace falta conducir una investigación más detallada para comprender mejor qué factores causan el aumento de las cifras de femicidios en ciertos contextos y cuáles otros permitieron su descenso para brindar mejor información en el diseño de estrategias de prevención.

De algo tenemos certezas: las organizaciones por los derechos de las mujeres tienen un papel fundamental en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas, en el impulso para el cambio de políticas, en la demanda de rendición de cuentas a los Gobiernos, y en el aporte de servicios clave centrados en sobrevivientes. Sin embargo, menos del 1 % de la ayuda total y el gasto para el desarrollo estuvo destinado a atender la violencia de género en 2022.

Fortalecer la financiación de las organizaciones por los derechos de las mujeres resulta fundamental para reducir y prevenir los asesinatos por razones de género y todas las formas de la violencia de género contra las mujeres y las niñas.

A medida que el mundo se prepara para celebrar el trigésimo aniversario de la visionaria Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que incluyó un conjunto de medidas para terminar con todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, participa de la campaña ÚNETE por los 16 Días de activismo contra la violencia de género:

#NoHayExcusa: Actúa para poner fin a la violencia contra las mujeres

Termina con la impunidad exigiendo cuentas a los perpetradores y estableciendo la tolerancia cero hacia la violencia contra las mujeres y las niñas.

Adopta, implementa y financia los Planes de acción nacionales para ponerle fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.

Invierte en prevención y en organizaciones por los derechos de las mujeres para garantizar los derechos y el acceso a servicios esenciales para las sobrevivientes.