ANAPO reafirma la producción sostenible con la siembra directa y la rotación de cultivos

Con una mayor proyección, el sorgo destaca entre los cultivos de rotación que cada año realizan los productores de granos de Santa Cruz. Datos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) de 2023 revelan que con un área se siembra de 546 mil hectáreas, el sorgo representó el 67% de la superficie sembrada con cultivos de rotación de invierno, entre los que están el maíz, el girasol, el trigo y la chía.

“La siembra directa, como tecnología de labranza conservacionista, con la rotación de cultivos que realizamos principalmente en invierno,están entre los pilares que sostienen la filosofía de producción de Anapo, pues engloba una serie de prácticas que implementamos y que seguiremos fortaleciendo en línea con nuestra visión de sostenibilidad. Por eso, encontramos en estas fechas el momento propicio para celebrar de ahora en adelante el Día Nacional de la Agricultura Sostenible”, afirmó el presidente de la Asociación, Fernando Romero.

En la campaña de inviernode 2023 fueron sembradas 856 mil hectáreas(el 70% de la superficie producida) de sorgo, girasol, trigo, maíz y chía. Estorefleja la diversificación del sistema productivo que realizan los agricultores soyeros, para preservar el manejo de sus suelos y cuidar el medio ambiente  En ese sentido, este añoAnapo decidió realizar la primera versión de un evento tecnológico cuyo principal objetivo es mostrar y difundir las buenas prácticas agrícolas de siembra directa, que incluyen el manejo integral de suelos y el control biológico, entre otras prácticas que los agricultores practican desde hace varios años, y que son parte de su filosofía de producción sostenible.

“Desde nuestros inicios hace 50 años, como Anapo promovemos la sostenibilidad. Adoptamos la tecnología del sistema de siembra directa y actualmente contamos una importante extensión de la superficie anual con cultivos dentro de esa práctica tecnológica. Estamos convencidos de que el acceso a nuevos eventos de biotecnología será el complemento ideal para las prácticas responsables con la tierra y el medio ambiente”, aseveró Romero. “Creemos firmemente que la tecnología, y el acceso a la biotecnología propiamente, va de la mano del productor, del desarrollo y de la sostenibilidad, pues estamos aquí de paso y la tierra la tenemos prestada para las futuras generaciones”, reflexionó.

La siembra directa es un conjunto de prácticas que para los afiliados a Anapo es casi una filosofía de producción. Sus componentes básicos son la nula o mínima remoción del suelo en el tiempo, y la rotación de cultivos; estas dos partes del sistema derivan en la generación de rastrojo sobre el suelo, materia seca proveniente de los cultivos que forma la cama de siembra. Este método de cultivo es todo lo opuesto a la quema que deja al suelo en riesgo de pérdida de minerales y otros componentes necesarios para una buena producción.

Desde la década del 90, los productores de soya refuerzan con mayor preeminencia el uso de  tecnologías conservacionistas. “Hacemos todo esto, conscientes de que el principal capital que tenemos los productores es el suelo, un suelo que debemos mantener productivo”, sostuvoel presidente de Anapo. En la actualidad, se estima que el 80% de la superficie anual sembrada con soya utiliza la labranza de siembra directa y la rotación de cultivos con sorgo, maíz, trigo, girasol y chía. Este enfoque ha resultado en la siembra anual de al menos 2,5 millones de hectáreas con estos cultivos en 2023.

La producción agrícola en 2023 alcanzó 5,8 millones de toneladas de granos, de las cuales 2,6 millones de toneladas correspondieron a cultivos de rotación de sorgo, girasol, trigo, maíz y chía, lo que representa el 45% de la producción anual de estos alimentos estratégicos. Durante el invierno de 2023, se produjo más de dos millones de toneladas de granos de estos cultivos.

Además de la siembra directa y la rotación de cultivos, los agricultorescomenzaron hace varios años a introducir cultivos de cobertura y de servicios para mejorar el manejo de suelos. También adoptan prácticas de fertilización balanceada con urea y la reposición de nutrientes al suelo. Por otro lado, promueven el uso de tecnologías con bioinsumos para el control biológico, complementando el uso de plaguicidas para un manejo de cultivos más equilibrado y eficiente.

“Estas prácticas tecnológicas conservacionistas están transformando la agricultura, promoviendo la sostenibilidad y asegurando la productividad a largo plazo”, recalcó el presidente de Anapo.